NO LUGAR: segunda entrega.
Al volver a intentar, me encontré con nuevos no-lugares que me interesó registrar. Fui nuevamente a la vía, al mismo cruce que había fotografiado antes medio a las apuradas. Esta vez, con más tiempo, me encontré con nuevos ángulos que antes no había observado siquiera y que me ofrecieron cosas muy lindas.
Me quedé con esta foto como la principal porque hay algo de este no-lugar que me pareció mágico. Es el espacio donde se queda el banderillero durante su horario de trabajo. Le pregunté si podía sacar algunas fotos, por supuesto, y me dijo que "mientras no saliera él, estaba todo piola". Sus ganas de no participar me vinieron de diez, porque me regaló por unos minutos todo este espacio que él asumo que habita por varias horas del día, pero que en realidad poco de habitable tiene. Unas lonas celestes que tapan las rejitas para darle un poco de privacidad, algún que otro trapo, una escoba y macetas y un banco que él mismo construyó con pedazos rotos de la barrera. Un lugar de trabajo tan no-lugar a la vez.
Esas luces que se asoman por los bordes que la lona no llega a cubrir. Esas enredaderas que caen por detrás. Esas plantitas que dan algo de vida.
Para lograr esta imagen, opté por una velocidad de obturación de 1/4000, combinada con un ISO al 400 y una apertura de diafragma en 10. A las 16.30 aprox, momento en el que saqué la foto, la luz del sol estaba bastante molesta y, según donde me ubicaba con la cámara, entraban rayos de luz que arruinaban la fotografía. Al encontrar la ubicación justa para que no se vean, igualmente opté por trabajar con valores que me dejaran el resultado final bastante oscuro (según lo que el exposímetro de la cámara indicaba) para que no quede muy iluminada porque me pareció que estaba bueno mantener el ambiente un poco oscuro para que cobre más protagonismo la luz que se cuela.
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